La Ventana

Callas cuando yo te hablo, Pero es un silencio de amor, Sólo me miras dulcemente, Y tus ojos me lo dicen todo. Y cuando siento que desfallezco, Tu ángel me sustenta, Sus alas rozan mi rostro, Como una brisa fugaz. Callado de amor, Es así como mee amas, Me quieres como un tesoro, Aunque soy sólo barro. Silbo apacible, quietud, Allí es donde te encuentro, En silencio, calma infinita, Callado de amor.

Hoy vuelvo al papel, al oidor de silencios, Con una pluma nueva, con tinta de aromas, Recorriendo venas, huesos y pupilas, Forjando un hueco en la roca del desvalido. Hace un momento escribí sobre soledades, Sobre infancias lejanas y amigos distantes, Sobre naufragios en mares de cemento, Hoy vuelvo a la copla que me grita no calles. Porqué dejar cautivo el pensamiento, Cuando afloran las lágrimas y las risas, Cuando camino loco por el viento, Y hablo con el ángel que me guía. El tiempo pasó y ella se quedó, Esperando a la puerta una caricia, Diciéndome en las noches sus proezas, Y cabalgamos juntos universos. He vuelto, o tal vez recién me estoy yendo, Desconozco el reloj de mi talento, Pero quiero viajar yendo o viniendo, Y explorar filosofías, mentes, delirios, firmamentos.