Hoy voy a ser duro para amarte, Quisiera llagar tu pétrea indiferencia, Con heridas insanables de amores, Para volver de carne tu iris. Te entregaste a vanas luciérnagas, Te sedujo el reino de un príncipe tirano, Te fuiste a sus orfebres a moldear tus cantos, Y los trajiste a mi altar profanamente. Con amor te vi, pero dolor fue tu incensario, Con gracia te llamé, pero estabas ausente, De mañana pude soportar tu ofrenda, Pero llegó la noche y no me amabas. ¿Puede ser grato lo que nació en las tinieblas? ¿Puede ser amor sólo repetir mi nombre? Lloro, grito, te muestro mis cartas olvidadas, Pero el desprecio es punzante y me hiere. Fastidio de baales, ya no puedo soportarlo, Desvío mi mirada, pero soy omnisciente, ¡Hay si pudieras admirar mi bellos escritos! Pero te atraen las cuerdas de un príncipe maldito. ¡Ay si supieras que te amé en lo eterno! ¡Ay si supieras que te compré con zafiros! Como he de decirte que estoy a tu diestra, Pero te encandilan las luces de mi oponente. Fastidio,
Tinta de corazón... letras esculpidas en el alma