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Mi Justicia

  En el anochecer de mi vida vi tu luz Cuando los naufragios ahogaban mi pecho, Fue en la niebla oscura de mi vida, Que de safiros y cornalina me vestiste. Me mire a mi mismo y vi hipocresías, Y vislumbré egoísmos y arrogancias, Pero siendo ciego a tu belleza, Tocaste mi iris y me viste tan puro. Si era mi pan de ansiedades y miedos, Fue tu banquete de príncipes y de regalos, Cuando yo era ignorante de tu gracia, Me envolviste en lino y esmeraldas. Pero sin convencerme de tal belleza, Me miré a mi mismo y vi indignidades, Pero buscando papiros encontré tus libros Y pude ver mi nombre en ellos escritos. Volví a las angustias, fui tan arrogante, Pensé en mi justicia tan vil y ficticia, Me olvidé de tu gracia y volví a los temores, Y de insomnios fue mi mesa cada noche. Han pasado centurias de que me elegiste, Y no admiten ellas medidas posibles, Pero sigo temiendo que no sea perfecto, Como si no me bastara tu regalo. Me duermo y medito en tus escritos, Tus lineas de bellos poemas de amor

Remanente

  ¿Te ha desechado Dios oh Jacob? ¡Que perezca este pensamiento! El día viene y serás restaurado, ¡Ni se te ocurra hablar de desamparos! ¿Qué arrogancias son esas o necio? ¡El misterio de Dios es insondable! No se llene de sandeces mi boca Dios no miente, no ignore yo Su voz. Si como injerto silvestre fui salvado, Y en parte como piedra tú endurecido, Oh Israel bendito eres bienaventurado, Dios no miente,   tu restauración viene. Ha de salvarse lo último del mundo, Ha de injertarse en el Olivo Eterno, Y entrarán los hijos de tu Jacob amado, Hijos de una promesa sin quebranto. Desde Sion vendrá el redentor de antaño, El que caminó tus tierras y sufrió tus clavos, Descenderá hacia su remanente santo, Y volverán tus hijos o Jacob valiente. De tierra Caldea te llamé y saliste, Y fue mi bendición promesa permanente, La tierra Palestina te espera sin espinos, Y cual David seré Tu Rey por siempre.

Eternidades

Si con amor eterno me amaste, No he de entender de eternidades, Pues existiendo ausente y sin vida, Soy ignorante de un amor pasado. Si tu amor por mi tuvo un inicio, fue en un instante alfa infinito, Y siendo tus límites tan sublimes, No he de comprender tus cartas de amor. Si escribiste mi nombre en tus libros, No he de descifrar tus letras en lo eterno, Y siendo yo ignorante de tu aliento, Así me diste vida y existo. Tu pluma es tan dispar a la mía, Que escribe en mi eternidad ausente, Y siendo tus versos indelebles, Encuentro la gracia en tus poemas. Que se escriban tus letras mil milenios, Y mis versos vuélvanse necedades, Si ha de brillar tu amor soberano, Que se enciendan las luces de lo eterno. Amor, aun en mi inexistencia, Pero amor presente en tus memorias, Amor en mi ausencia y en mi muerte, Se enloquece mi mi alma, no lo entiendo.

Mañana

Un poco más y no te vi, un poco más y te veré, Una vuelta de página en tus calendarios, Cuando cierre mis ojos a esta luz presente, Y se abran las puertas de tus palacios. Te fuiste Maestro   mio, a preparar mi casa, Como arquitecto eterno de ensueños, Hasta que completo el lugar de mi gozo, Me llames a la gloria de tus deleites. Un poco más, sólo un pedacito de tiempo, Y se abrirán mis ojos para admirarte, No se si he de llorar o he de reír a carcajadas, Pero de locuras se envolverá mi alma. Seremos como los que sueñan, dijo un vidente, Si, así como niños que saltan de alegría, Y he de gritar y de correr y de reir, Cuando contemple tu rostro de gracia. Un poquito más de y he de ver tus alas, Las que me abrigaron en mi negra noche, Que algarabía inmensa, profunda y serena, Si al vislumbrar tu ciudad no contendré el llanto. Que bellos pensar esta noche en Tí Maestro, Que hondas bellezas envuelven tu gracia, Si siendo yo un peregrino en esta tierra, Me preparaste un hogar con un madero.

TULIP

Toda una armonía de injusticias, necedades, Tropel estrepitoso de oscura iniquidad, Fue mi ropa al ver la luz del mundo, fue mi carne, Como naciendo a la muerte y no a la vida. Único era en el sin fin de singulares pecadores, Como si la fealdad de mis rebeliones brillaran, Como zafiros lúgubres, con olor a podredumbre, Pero me compró Tu amor, sin recelos ni condiciones. Lamentos, soledad, dolores, clavos y agonía, Se deshizo tu carne, como en la rueda de un molino, Sin saber yo, muerto de oscuras impiedades, Que muriendo Tú me dabas vida. Irresistible Gracia! Quién podrá frustrarla! Si encadenado a Tu amor no puedo irme, Vi la luz del mundo en rejas tenebrosas, Y nací de nuevo en ropaje de lino fino. Profundo amor, fortaleza de acero, Es la roca que me cubre y me sostiene, ¿He de escapar al infierno del pasado? Sería imposible siendo Tú mi Pastor eterno.

Fidelidad

Pensar en tu lineas es un infinito, Indagar en Tu gracia se compara a abismos, Insondable, inmutable, incomprensible, Tus perfecciones son el espejo de mis ignorancias. Ignorar tus lineas es no ver la luz, Meditar en Tu   Cruz es es belleza profunda, Dolores que eran míos y jamás sufrí, Tus misericordias son el pago de mis injusticias. Leer tus lineas es atisbar un soplido, Oír tus poemas es escuchar lo que ignoro, Amor, irresistible, incondicional e infinito, Perfección que sufre, llora y espera. Exponer tus lineas es lo más sublime, ¿Cómo podría ser fiel a tus letras?, Exactas, precisas, brillantes y santas, No hallaría descanso si no fueran mi vida. Como el abstracto de un pintor autodidacta, Es así mi mente frente a tus escritos, Pero siendo tan débil, torpe y pobre, De pronto brillas Tú, lloro y descanso.

Turbulencias

En la noche que temo me recuerdas Tu gracia, Pero se angosta mi pecho y se turba mi sueño; Como si tu rostro me fuera tan distante, Aun siendo que compartiste mi pan en la mesa. Y en la noche que temo aún me sustentas, Como si mis miedos no te dieran prisa, Y es que siento tus manos labrando mi tierra, Y al momento atisbo la luz del día. He construidos castillos, fortalezas de arena, Que se cierran al paso de mis desalientos, Pero abro tus páginas y entro en tus atrios, Y de pronto encuentro tu paz en la roca. De pronto me sobresalto, y me ahogan las olas, Se debilitan mis alas cuando no te veo, Quisiera volar y escapar hasta el faro, Pero me debilitas más y no lo entiendo. Pienso en mi y se desvanece mi fuerza, Busco en mi interior y veo turbulencias, Pero vislumbro tus ojos y vuelvo a la vida, No escapé cual ave pero me sustentó Tu Ángel. ¿De quién he de temer si está Tu gracia? ¿Porque he de desmayar si he visto Tu rostro? De

Ignorancias

Gracia, absoluta e infinita, Desprovista de mis más viles esfuerzos, Tan pura, profunda como un abismo, Que estremece y abruma mi entendimiento. Hoy atisbe un destello de su nobleza, Cubriendo mi débil carne corrupta, No se si era gracia o cadenas de acero, Pero no pude librarme de sus brazos. ¿He de comprender algo tan grandioso? ¿Podré entrar en razones frente a su trono? Si al caer ante mis debilidades, Ella me perfecciona y me abriga. Ya cayó la noche y la luces se encienden, Y mi pecho se angustia y se humecece, Pero viene tu ángel y me sustenta, Y me recuerda tu gracia y respiro. Mis ojos divisan los atardeceres, Observan amigos, sonrisas y seres, Te busco, te llamo y grito en silencio, El cielo me abraza y descanso. Gracia, si pudiera entenderte, Sin los fantasmas que intentan ayudarte, Soy tan ingenuo al pensarte insuficiente, Me rindo, no puedo, eres más fuerte.

Latencias

Existencias latentes, soñadas, Obras maestras, estáticas, pasivas, Como espejismos que aparecen y se esfuman, Es así este paisaje, como inalcanzable. Frío en el alma, angostura lenta, Suspiros en lagrimas, y rezos, Mirando al Sol bajo un cielo cobrizo, Rueda la rueda, y el camino se hace ansias. De pronto dos figuras me estremecen, Golpean mi infancia, me hablan de ausencias, Como rostros alegres y a la vez sarcásticos, Se cruzan y se pierden en la calle y el polvo. Son nostalgias, tiempos no vividos, Lejanías de seres que no se si existen, Me ahoga la hermosura de esos paisajes, Lloro en silencio y mi humanidad grita. Llego al hogar, me siento a la mesa, Mis angustias han desgarrado la carne, Cierro la puerta, me arrodillo y lloro, Son años, pero aún estas ahí y me escuchas.

Luna de ruta

Es curva la ruta, me estremece la luna, La redondez es perfecta y se esfuma, Se acelera el ritmo, descubro amistades, Camino lento, observo ausencias. Fue ayer que mi pluma quizo escribir, Pero de ansiedades fue mi mesa, Pero este cielo y esta noche me invita, Y nacen amigos, y nace la historia. Si son amistades, si fueron infancias, Ignoro las letras de este paisaje, Pero añoro escritos que hablen de cielo, De lunas, de rutas y de amigos. Caminar lento, corazón de poeta, Paisajes infinitos, alma trashumante, Distancias, soles y lunas, Se agolpan en mi psiquis. Quise escribir belleza y fue neurótico, Vislumbré paisajes me hundí en la urbe, Sigo la ruta, se fue la luna, Me duermo, pienso y me visita el Sol.

Inmerecida

Como el abrazo de un niño es Tu gracia, Así tan cálida e inocente, Cómo si ignoraras mi vida por completo, Sabiendo lo más profundo de mis egos. No comprendo tus brazos extendidos, Si hiriéndote mil veces aún me llamas, Como si tu iris fuera plenamente ciego, A la fealdad de mi más cruel indiferencia. Sin un solo mérito escribiste mi nombre, Con pluma de oro en papiros eternos, Como si un mendigo se acercara a Tu corte, Y le invitaras tu mesa y tu vino. No comprendo Tu cruz y tu mirada, Se enloquece mi espíritu y no lo entiendo, Cómo he de entender algo tan sublime, Si aún mis ojos no miran incorruptos. Cuando nací me miraste y no lo supe, Pero llegó un susurro de ese destello, Como si un soplido de notas perfumadas, Envolviera mi cuna y me besara. Hace siglos mi vida te esperaba, Pero no se abrían los libros y   lloraba, Pero de pronto tu voz dijo te quiero, Y lloré siendo niño y siendo viejo. Gracia ¿porqué no puedo e