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Mostrando entradas de noviembre, 2018

Lucinda

Extraño la voz que me encariñaba, Y el caminar lento de sus huesos, Extraño su rostro y su mirada, Y el cantar suave de sus himnos. Extraños la sencillez de sus zapatos, La casa de madera que crujía, Y la lluvia que me invitaba a su cocina, Por el caminito bello de canelo. Extraño el gemir de sus dolores, Y sus sandalias yendo a las misiones, Anhelo su caricia en mi mejilla, en mi alma de niño consentido. Extraño los aromas de sus tierras, Los callejones, las acequias, los caminos, las piedras, pastizales y veredas, se acrecientan añoranzas y te extraño. Extraño el brazo que me sostenía, El caminar lento hacia la iglesia, Los bancos de madera, las oraciones, Extraño algo bello y tan humilde. Ignoro si son siglos o si es solo un día, No se contar el tiempo cuando extraño, Pero mis nostalgias son bellas cuando pienso, Que no he perdido nada.. sólo la extraño.