Extraño la voz que me encariñaba, Y el caminar lento de sus huesos, Extraño su rostro y su mirada, Y el cantar suave de sus himnos. Extraños la sencillez de sus zapatos, La casa de madera que crujía, Y la lluvia que me invitaba a su cocina, Por el caminito bello de canelo. Extraño el gemir de sus dolores, Y sus sandalias yendo a las misiones, Anhelo su caricia en mi mejilla, en mi alma de niño consentido. Extraño los aromas de sus tierras, Los callejones, las acequias, los caminos, las piedras, pastizales y veredas, se acrecientan añoranzas y te extraño. Extraño el brazo que me sostenía, El caminar lento hacia la iglesia, Los bancos de madera, las oraciones, Extraño algo bello y tan humilde. Ignoro si son siglos o si es solo un día, No se contar el tiempo cuando extraño, Pero mis nostalgias son bellas cuando pienso, Que no he perdido nada.. sólo la extraño.
Tinta de corazón... letras esculpidas en el alma