Ser debilidad y despertar a la gloria Existir infimo y luego infinito Como viéndolo de lejos, y mirarte a los ojos, Es la lumbre de tu diestra, sin sol ni sombras. Los años pasaron, la soledad murió, Se acercó la distancia y dejé de soñar, Me volví otra carne, sin espinas de ajenjos, Me estremecí de gozo, no perdí mi humanidad. ¿He de buscar amigos otra vez? ¿He de mirar paisajes y volverme nostalgia? ¿Comprenderá mi espíritu lo que dejó de ser? Me volveré incorruptible, luego de mi fragilidad. En el sonido del viento se estremecerá mi carne, Se recrearán los huesos que has abatido, Seré como un niño que no sabe de caminos, Cantaré una danza como rozando ángeles. Yo tan humano, Tú tan humano y divino, Seremos tan inertes, con Tú inmutable, Abrazando a millones, seres incorruptos, Esplendor cercano, sin sol... más Contigo.
Tinta de corazón... letras esculpidas en el alma