Vuelvo a escribir después de un milenio, Con el alma gastada pero distinta, Tratando de escabullirme entre barrotes, Que saben a acero mezclado con papel. He avistado destellos de promesas, Y sufrido desilusiones de ajenjo, Pero en los mares que han pasado. Mi espíritu se ha vuelto de zafiro. Los rostros, los seres que he besado, Me han sido indiferentes en la noche, O tal vez no conocen de océanos Y navegan sobre cielos estrellados. Y sin saber bien por qué sigo esperándote, Como si tus ojos me buscaran en galaxias, Sabiéndote existente me consuelo, Y me duermo anhelando tus abrazos. Lejanías, huellas, quiebres y tropiezos, Esperanzas, caminos, vasijas y victorias, Añoranzas de amores y de caminatas, Son mi vida, mi papel, son mi poesía.
Tinta de corazón... letras esculpidas en el alma