Quién pudiera cantar mi canción quién se sentará a llorar mi duelo, Si cuando río mis ojos se ponen tristes, Y el dolor se sublima en mis pupilas. Quién se arrimará a mi mesa y escuchara, Cuando mis notas palidecen en lo débil, Si de esperar alegrías se alargó el invierno, Y las ausencias son la leña de mi alma. Quién puede ser tan cruel que me obligue a reír, Cuando se estremece mi pecho de ajenjos, Si al mirar fotogramas por mi ventana, Me golpean los años y las noches. Como un niño que imagina mundos y planetas, que eleva su avioncito de papel de revista, Vuelan mis nostalgias y vuelven a mi cama, Cuando se cierran mis ojos y sigo despierto. Han pasado siglos y he permanecido inmóvil, Saludando alegrías indiferentes, Se han grabado en mi carne tantos sueños, Y sigo despierto esperando en Ti.
Tinta de corazón... letras esculpidas en el alma