Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2019

Desde el Alfa

No era yo nada y ahí estabas tú, No sé si era carne y ya me habías formado, Me elegiste en la nada y entre muchos, Me arrullaste en tus brazos y pude oír “no temas”. Cuando viste la sequedad de mi barro, Cuando se quiebro mi ser árido y frágil, Reverdecieron renuevos en Tu templo, Y Tu Espíritu fue mi manantial bendito. Era brizna de hierba mojada de rocío, Y me volví sauce y bebí de tus ríos, Se extendieron mis ramas y nacieron mis hojas, Y se volvieron perfume para tu trono. No era nada, no veía la luz, y Tú ya estabas, Pasé a la eternidad y me habías redimido, Siendo esclavo de un tirano me llevaste a tu reino, Y fuiste mi Rey y Dios eterno. Me llamaste a tus aguas y abriste tus papiros, Me declaraste Tu pacto y tus caminos, Me dijiste “no temas” y fui tu testigo, Y hoy eres mi Dios cual no hay ninguno. (Basado en Isaías44:1-8).

Gracia - Poesía Audiovisual

Visiones

Hoy te vi en visiones y viniste a mi encuentro, Extendiste tus brazos y te abracé de lejos, Y al contemplar tu sonrisa se mojo mi mejilla, Tan hondo fue mi suspiro que llegó al cielo. Por un instante te sentí tan cerca, no distante, Mi respirar fue de cadencias de aromas celestiales, Porque contemplé el cielo en tus corridas, Y se ensancho mi alma de esperanzas. Fue tan lenta la escena, y tan veloz la mirada, De quien me tenía en sus memorias eternas, Fue tan dulce la voz que susurró a mi anhelo, Tan seguro mi consuelo cuando vi tus alas. La calle fue tan angosta y tan ancha, Tan efímero el viaje y a la vez tan largo, Porque el suspirar de mi alma ha sido una vida, Y el encuentro fue tan veloz y tan tierno. Mis visiones han sido de humanos y de ángeles, Porque mi alma se transmutó con Tu Espíritu, Cuando descubrí que me mirabas tan distante, Y tan cerca estabas que me acariciaste. Te vi correr, te vi venir a mi encuentro, Te vi nac

Noche

Dime si hay noche cuando el sol te besa, Si las brumas existen cuando el cielo te contempla, Porque cuando el grito se hace ahogos, Nace un manantial y es de amaneceres. Pero he caminado noches mirando Tu mano, Te he suspirado hojeando tus papiros, He anhelado la mañana y vienen las penumbras, Pero escucho que en tu luz despertaré al gozo. Han pasado noches que estremecen mis cabales, ¿Porqué no confesar que padecí de terrores? Si se ha abrumado mi alma de locuras, Pero no vaciló Tu fuerza y pude reír. Débil es mi pecho cuando no veo La Luz, Frágil es mi carne cuando el reloj me arrulla, Y con déspota crueldad y ansiosa prisa Me dice que la noche se va y no fue dormitar. Pero la noche no es meritoria de otros versos, ¿Porqué he de escribir de algo tan efímero? Si sabiéndote tan cerca te espero en mi casa, Y percibo Tu perfume de aroma eterno. ¿Porque gritar de miedo y no de gozo? Por qué si veo el Sol jugándome a la escondid