Cuando retiñen los metales en la noche, Cuando el ruido ensordece las mentes, Hay humanos, hay seres que no duermen, Hay goteras de dolores que golpean mi fragilidad. Es que cuando el mundo vive yo muero, Es que cuando el niño nace yo me vuelvo esperanza, Me vuelvo hueso que quiere oir tu voz, Y escuchar a los angeles santos nombrarte. Una noche mas sin la fortaleza de mi carne, Una larga espera en la urbe pero en soledades, Mirando al cielo, creyendo no encontrarte, Pero teniendote tan cerca que no puedo vislumbrarte. Y cuando la mañana llegue y la aurora sea eterna, Tu abrazo me quiebrara el corazón y la mirada, Y seré nuevo, radiante, incorruptible, Tendré la paz de tenerte por siempre frente a mi.
Tinta de corazón... letras esculpidas en el alma