La Ventana

Opresiones, terribles angustias que llagan mi pecho, Que se aferran a mi carne y me ahogan sin piedad, Tiranas opresiones que se resisten a huir, Abruptas cadenas que enloquecen mi mirada. Opresiones, como salidas estrepitosas del infierno, rompiendo mi silencio en gritos de desesperanza, Creyéndose victoriosas ante mi debilidad, Sin misericordia, con rostros de odio crueldad. Opresiones, como nefastos monstruos de terror, Que se ríen, que se mofan y no descansan, Opresiones, malignas huestes del horror, ¿Quién podría resistir? ¿Quién no desfallecería en el camino? Opresiones, ¿qué son las opresiones delante de un Rey? ¿Qué cadenas resisten al rostro de la Cruz? ¿Qué son las opresiones ante un nombre tan sublime? Opresiones, sólo opresiones… impotentes al Amor.