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Mostrando entradas de 2021

Consuelos

Como el Buho de las soledades vivo mis quebrantos, Como si mis infimas fragilidades se hicieran gigantes, Me arrodillo y tus ríos inundan mi pecho, Cuando de agonías y esperanzas se nutre mi rezo. Son años de mirarte en la penumbra de mis debilidades, Como atisbando el brillo de tu cetro soberano, Como si la vida remontara alados vuelos, Y mis ansiedades pesaran más que tus promesas. Así de tenue pareciera ser mi confianza, Como si de esperar ansias me faltara un respiro, Si caminar ayer fue tan duro y lento, Al levantar mi cabeza miro tus ojos y duermo. Hoy escribo dolores y escribo al sediento, Porque en dolores se divisan mejores sueños, Si al escuchar el alma del que no tiene consuelo, He de mojar mi pan con sus lágrimas en su mesa. No he de comprender a Dios si no lo amo, Si no miro y escucho el gemir de sus clamores, No he de comprender al que siendo de Su reino, Trabaja en prisiones para abrazar al enfermo. Pero este lamento no ha de ser tormento, Porque no termina en dolores un

Supiros

Se ha esfumado el afán de mi labor, Y de suspiros ha llegado la noche, Es que ni uno de ellos te está velado, Y como un dolor de antaño sube a Ti. ¿Será mi lágrima como mirra ante Ti? ¿Podrán mis dolores serte de incienso? ¿Mirarás con agrado mi confianza? ¿dejaras en desolación el sequedal? Ha llegado la noche y miro tu diestra, Y encuentro en ella un Dios hombre, Es que no pudiera llegar a Tu seno, Si en mis fríos harapos no me abrigara. ¿Puedo estar delante de Ti aun de rodillas? ¿Tengo alguna esperanza de escapar de tu ira? Si en mis suspiros me viste débil ¿Cómo podría escapar de la muerte? Pero mis anhelos no te son ocultos, Y ni aun mis iniquidades no desconociste, Si extendiendo tu cetro me miraste, Fue para amarme, sostenerme y sanarme. ¿Puede un miserable ser tu esclavo? ¿Podría un débil empuñar tu espada? Pero es Tu Ángel eterno que me sostiene, Para ser tu templo… morada tuya.

Dolor de Apatías

Hoy voy a ser duro para amarte, Quisiera llagar tu pétrea indiferencia, Con heridas insanables de amores, Para volver de carne tu iris. Te entregaste a vanas luciérnagas, Te sedujo el reino de un príncipe tirano, Te fuiste a sus orfebres a moldear tus cantos, Y los trajiste a mi altar profanamente. Con amor te vi, pero dolor fue tu incensario, Con gracia te llamé, pero estabas ausente, De mañana pude soportar tu ofrenda, Pero llegó la noche y no me amabas. ¿Puede ser grato lo que nació en las tinieblas? ¿Puede ser amor sólo repetir mi nombre? Lloro, grito, te muestro mis cartas olvidadas, Pero el desprecio es punzante y me hiere. Fastidio de baales, ya no puedo soportarlo, Desvío mi mirada, pero soy omnisciente, ¡Hay si pudieras admirar mi bellos escritos! Pero te atraen las cuerdas de un príncipe maldito. ¡Ay si supieras que te amé en lo eterno! ¡Ay si supieras que te compré con zafiros! Como he de decirte que estoy a tu diestra, Pero te encandilan las luces de mi oponente. Fastidio,

Frivolidad

  Como el dolor enfrente de un payaso, Y el vació hueco de muchas palabras, Así es el hielo frívolo del que no escucha, Y no seca una lágrima y no reza un suspiro. Como muertas marionetas que ríen inertes, Sin el alma que arrulla la sed del náufrago, Así es la medida de la indiferencia, Sin sentidos, sin sentido y sin consuelos. ¿He de detestar la frivolidad bulliciosa? ¿Puedo ser silente ante su desfachatez? Si frente al dolor no tiene reparos, ¿Qué puede pretender de un corazón de carne? Frivolidad   superflua llena de espejismos, Con luces de colores y refranes de humo, ¿Qué alma doliente puede admirarte? Si en la aflicción silente fuiste ausente. ¿Puedo bailar tu danza frente al enfermo? ¿Puedo ser compañero en tu irreverencia? Frivolidad superflua, sutil engañadora, No quieras ser mi amiga porque no lo quiero. Pero de miradas frívolas sería mi canto, Si no atisbara un verso al rostro que espera, Pues he de entender razones frente al que sufre, Y he de enmudecer ante el lloro del s

Día Uno

  Han pasado siglos desde que te habías ido, Pero nos dejaste la candela de tu Espíritu, Fueron días sufridos en campo enemigo, Pero ya se fue el turbión y has vencido. Parece que fue ayer que me estremeció tu sangre, Y sólo hace unos instantes el dolor de tus mártires, Pero encadenado en abismos fue nuestro adversario, Porque mil años serán sólo contigo. Si ha de levantarse el dragón al final de estos días, Sólo será para vergüenza y terrible juicio, Y se unirán los rebeldes de la simiente impía, Sólo para mostrar Tu victoria y tu poderoso cetro. Majestad, belleza absoluta, trono de Verdad, No he de imaginar el primer día de este milenio, Cuando al recordar dragones, bestias e hipócritas, Me estremecerá tu pureza y tu justicia. Sólo un primer día… felicidad infinita, Riendo y bailando como en un sueño, Habrán llegados los tiempos de la vendimia, Y resonarán tambores y nos embriagaremos. ¿Podré llorar de alegría si enjugaste mi lagrima? ¿Podré decirte amigo siendo Tú mi Rey? ¿Seremos t

Ausencias

La mirada que sufre me habla de Ti, Y me grita en silencio que ignoro tu Cruz, Es que no puedo saber yo de ausencias, Cuando fueron tu pan en la oscura noche. Ausencias, noches de cielos sin luminarias, Cómo si la vida fuera inmóvil, estática, Son dolores del náufrago de angustias, Que aún allí espera ver la luz del Sol. ¿Por qué evadir el dolor en mi pluma? ¿Por qué callar siendo Tu Cruz mi vida? Con amor eterno me amas, Y siendo yo ausente en Tu Cruz me amas. La mirada que llora es Tu mirada, Y me deja callado e ignorante, Porque no puedo cuestionar el dolor del que llora, Si Tu Cruz me dio vida y fue con ausencias.   Quisiera volar alto y mirar desde el cielo, Y esbozar un aliento al alma que sufre, Pero no hay amigos si no hay silencios, Y no hay amor que sólo sean palabras. ¿Debo ser ignorante de dolores? ¿Podría entender la cruz siendo sólo elocuente? No hay fe que pueda evadir Tu Cruz, Y no hay cruz si no hay silencio en el dolor.

Alturas

  Quiero escalar tus quiasmos y llegar a la cima Deleitarme en lo alto de tus laderas,   Descender satisfecho y vibrante de gozo, Meditar en tus tildes y en tus alfas. Y si en el clímax de tu inspiración perfecta, Se estremecen mis huesos y mi carne, He de volverme fuerte siendo de polvo, Es que tus solas letras me sostienen. Si he de viajar al cielo y al pasado eterno, Encontraré en tus páginas el camino, Porque allí me guías en sonetos de amores, Que destilan mirra y alientan mis pasos. Quiero oír tamboriles, liras y panderos, Y danzar al abrigo de tus alas, Es tu canción   tan sublime y elocuente, Que inspira a los humildes y a nobles dramaturgos. Pero se hizo la noche y el Sol alumbra, Y me esperan quebradas y manantiales, Y al descender al valle en tus senderos, Divisaré tu omega y tendré descanso.