Existencias latentes, soñadas,
Obras maestras, estáticas, pasivas,
Como espejismos que aparecen y se esfuman,
Es así este paisaje, como inalcanzable.
Frío en el alma, angostura lenta,
Suspiros en lagrimas, y rezos,
Mirando al Sol bajo un cielo cobrizo,
Rueda la rueda, y el camino se hace ansias.
De pronto dos figuras me estremecen,
Golpean mi infancia, me hablan de ausencias,
Como rostros alegres y a la vez sarcásticos,
Se cruzan y se pierden en la calle y el polvo.
Son nostalgias, tiempos no vividos,
Lejanías de seres que no se si existen,
Me ahoga la hermosura de esos paisajes,
Lloro en silencio y mi humanidad grita.
Llego al hogar, me siento a la mesa,
Mis angustias han desgarrado la carne,
Cierro la puerta, me arrodillo y lloro,
Son años, pero aún estas ahí y me escuchas.
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